¿Será la 3ª la vencida?
Las letras no son lo mío. Me muevo en otro ambiente: el mar. El ruido de las Gaviotas revoloteando cuando una embarcación llega a puerto, el sonido de las olas, el olor del mar, el sabor de los mariscos, el sol que hace llagas en mi piel… eso es lo mío.
En mi mundo estaba… cuando una botella con un mensaje llegó a mis manos, traía un hermoso papel, con bordes rosados y carcomido por el tiempo, dentro… un mensaje “Se busca Príncipe Azul”, cuando lo abrí tuve que recurrir a un amigo para que me lo leyera, lamentablemente no sé leer ni escribir, pero las palabras que venían dentro de esa botella calaron hondo dentro de mí. Y más aún al ver tu foto. No podía creer que una belleza sin igual como tú, con esa sensibilidad demostrada en las palabras mandara un mensaje a los siete mares en busca de un “Príncipe”.
La verdad es que poco tengo de Príncipe (como podrás ver en mi foto que adjunto) de esos soñados, de aquellos que nuestros padres nos relataron en los cuentos de infancia. Pero eso es lo visual, lo estético, lo superfluo… Cuando leí tu carta, una flecha atravesó mi corazón, me sentí inundado por una emoción que sólo pude comparar a mi trabajo diario (extractor de machas), el cual sí hago con pasión y amor. No lo creía, aún no lo creo, una persona que puede expresar esos sentimientos en el papel no puede ni debe estar sola. Quizás no sea yo el que ocupe ese lugar en tu corazón, pero no hay peor “pesca” que la no se hace. No puedo dejar de tirar la malla, al menos así un pescado picará, un loco se enredará, una macha perderá su rumbo. Es lo menos que puedo hacer, presentarme ante ti como una opción.
No puedo ofrecer cosas materiales, son un simple pescador, pero tengo un corazón gigante y mucho amor que entregar, nunca había sentido esa necesidad de entregarle esto a nadie, éramos el mar, el sol, las gaviotas, los peces y yo.
Nota de Foto: el de la derecha soy yo.
En mi mundo estaba… cuando una botella con un mensaje llegó a mis manos, traía un hermoso papel, con bordes rosados y carcomido por el tiempo, dentro… un mensaje “Se busca Príncipe Azul”, cuando lo abrí tuve que recurrir a un amigo para que me lo leyera, lamentablemente no sé leer ni escribir, pero las palabras que venían dentro de esa botella calaron hondo dentro de mí. Y más aún al ver tu foto. No podía creer que una belleza sin igual como tú, con esa sensibilidad demostrada en las palabras mandara un mensaje a los siete mares en busca de un “Príncipe”.
La verdad es que poco tengo de Príncipe (como podrás ver en mi foto que adjunto) de esos soñados, de aquellos que nuestros padres nos relataron en los cuentos de infancia. Pero eso es lo visual, lo estético, lo superfluo… Cuando leí tu carta, una flecha atravesó mi corazón, me sentí inundado por una emoción que sólo pude comparar a mi trabajo diario (extractor de machas), el cual sí hago con pasión y amor. No lo creía, aún no lo creo, una persona que puede expresar esos sentimientos en el papel no puede ni debe estar sola. Quizás no sea yo el que ocupe ese lugar en tu corazón, pero no hay peor “pesca” que la no se hace. No puedo dejar de tirar la malla, al menos así un pescado picará, un loco se enredará, una macha perderá su rumbo. Es lo menos que puedo hacer, presentarme ante ti como una opción.
No puedo ofrecer cosas materiales, son un simple pescador, pero tengo un corazón gigante y mucho amor que entregar, nunca había sentido esa necesidad de entregarle esto a nadie, éramos el mar, el sol, las gaviotas, los peces y yo.
Nota de Foto: el de la derecha soy yo.
oye si me lo mandan loquilla, no soy yo jajjaja